Argumentar: tipos de argumentos

SECCIÓN ARGUMENTACIÓN. TIPOS DE ARGUMENTOS. CÓMO ARGUMENTAR

ARGUMENTAR: TIPOS DE ARGUMENTOS

Para argumentar bien, es fundamental conocer la estructura de un texto argumentativo así como sabe qué argumentos debo seleccionar y emplear para convencer a un auditorio, a un grupo de personas o a una sola persona.

¿Que es un argumento? Un argumento es una expresión escrita u oral que manifiesta un razonamiento para probar, apoyar, justificar o rechazar una idea u opinión (es decir, una  tesis).

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En la lista siguiente figuran los argumentos más habituales:

Analogía

Se compara o establece una relación de semejanza entre dos situaciones, ideas, seres, cosas o casos diferentes y se deduce que lo que es válido para un caso lo es también para el otro.

Autoridad

El autor del texto argumentativo cita o recurre, para apoyar su tesis, a un especialista, un intelectual (filósofo, escritor, pensador…), un experto, una persona reconocida, un científico, etc., o a un grupo de expertos, científicos, intelectuales… que han elaborado un estudio, un ensayo, una investigación, etc.

Cantidad

Se antepone la calidad, lo mejor, lo exquisito frente a la cantidad o lo abundante.

Cantidad

Se menciona que la cantidad o lo que la mayoría cree, piensa, dice o hace para defender una postura. Lo que la mayoría piensa o hace funciona en ocasiones como argumento. La mención del sentido común se incluye en esta variante.

Causa o argumento de causalidad

Demostrar una relación causa-efecto entre dos hechos o ideas suele ser un razonamiento muy eficaz para defender una tesis u opinión.

Conocimiento o creencias generales

Se fundamenta una tesis recurriendo al sentido común o ideas que todo el mundo ha escuchado en relación al conocimiento que se tiene de la realidad.

Consecuencia o argumento de causa-efecto

Exponer o mostrar las consecuencias de determinada idea, acto, hecho… es muy eficaz para la defensa de una tesis. Se relaciona estrechamente con el argumento de causalidad.

Creencias (religiosas, morales, ideológicas, filosóficas…)

Para apoyar o rechazar una tesis o idea se puede emplear las creencias de tipo religioso, moral, ideológico, filosófico…

Emoción (o argumento afectivo-emotivo)

Provocar emociones, relacionadas sobre todo con los deseos, miedos o dudas, para conmover y suscitar una reacción de simpatía, empatía o rechazo es otro de los recursos más típicos usados en una argumentación.

Estético

Se da prioridad a la belleza (normalmente externa) por encima de otras cualidades o valores para argumentar una opinión, idea o tesis.

Ético o de valores

Se defiende una causa por sus valores éticos (más allá de una religión o ideología): justicia, generosidad, libertad, respeto, etc.

Eslogan

Repetir continuamente una frase puede influir en el receptor.

Estadístico o de datos

Consiste en argumentar basándose en pruebas fiables con datos, estudio o cifras.

Existencial

Lo que es real, auténtico, verdadero y posible se valora frente a lo que es falso, o inexistente o imposible.

Experiencia personal

Suele esgrimirse como argumento la experiencia personal, es decir, lo experimentado, observado, visto o, en general, vivido por uno por encima de otros criterios o argumentos. 

Fama

Las palabras o la imagen de una persona famosa puede usarse para influir en los destinatarios.

Generalización

A partir de un caso concreto o similar se usa para realizar una generalizar una idea o tesis común, que se aplica a otro caso del mismo tipo.

Hechos históricos, científicos, artísticos…

La persona que argumenta se puede basar en hechos reales, probados y objetivos de índole histórica, científica, artística, etc.

Hedonismo

Se basa en lo que proporciona placer, agrado, diversión, bienestar…

Prejuicios

Se trata de argumentar apelando apelando directa o indirectamente a los prejuicios es otro recurso usado para defender una tesis.

Progreso

El progreso, la novedad, lo original, lo nuevo… se antepone a lo que es valorado como antiguo.

Racional

Es un argumento racional el que se basa en un análisis objetivo y lógico que demuestra la evidencia de lo que se afirma.

Refranes, proverbios, máximas

Se acude a ellos como garantía de verdad que no admite discusión. El refrán y el proverbio tienen una raíz popular; las máximas, adagios o frases sentenciosas provienen de una fuente culta.

Salud

Frente a lo que es nocivo, tóxico y perjudicial para la salud física y mental de una persona se defiende lo que es sano, saludable, beneficioso. 

Semejanza o analogía

Alguien defiende alguna idea, comportamiento, hecho, acto… basándose en que es muy parecido a otra idea, comportamiento o acto que es cabal y convincente.

Social o ideas generales admitidas por la sociedad

Las creencias, opiniones, valores, comportamientos, etc., que creemos que son admitidos socialmente pueden ser empleados como un argumento para rebatir al contrario (sobre todo, si este defiende una idea, acto, hecho o comportamiento poco común o visto raro o propio de una minoría.

Tradición

Al contrario que el argumento basado en el progreso, encontramos a quienes usan los valores, creencias o hechos que se manifiestan a lo largo de la tradición.

Utilidad o pragmático

En este caso lo que es útil, práctico, necesario o eficaz se enarbola como argumento frente a lo que no es inútil, ineficaz, innecesario, peligroso, poco práctico.

EJEMPLO DE TEXTO ARGUMENTATIVO RESUELTO

ARGUMENTOS FALACES O FALSOS

Existen también argumentos falsos, llamados falacias. Le dedicaremos pronto un artículo. De momento, te ponemos el más habitual y te dejamos este enlace que te puede servir para identificarlos.

Ad hominem

Es aquel que se acepta o rechaza no por el argumento o razonamiento hecho, sino en función de la persona que lo expresa. 

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Cómo argumentar

SECCIÓN: TEXTO ARGUMENTATIVO. CÓMO ARGUMENTAR

¿CÓMO ARGUMENTAR?

Definición de texto argumentativo

Antes de explicar cómo argumentar, vamos a definir la noción de texto argumentativo: es aquel en el que el emisor trata de convencer o persuadir a un receptor o destinatario de una tesis (idea u opinión que se defiende o rechaza) por medio de razones o argumentos. También puede tener como finalidad otros objetivos: refutar o rechazar una idea u opinión contraria, rebatirla, demostrar la verdad de una afirmación o aserción, justificar una conducta, un comportamiento, mover al receptor para que adquiera algo o realice una acción, criticar, etc.  

Estructura de un texto argumentativo

¿Cómo argumentar? Es necesario que para ello tengas claro la estructura de un texto argumentativo. Aunque existen distintos tipos posibilidades para organizar un texto argumentativo, la más habitual es la que se atiene a las tres partes siguientes: introducción, desarrollo o cuerpo argumentativo y conclusión. A la hora de argumentar, por ejemplo, en un trabajo de clase o en Selectividad, o en cualquier otro tipo de situaciones comunicativas, ten muy en cuenta que queden de manera clara las siguientes partes:

Introducción

En el comienzo de un texto argumentativo el autor puede reflejar directamente la tesis (es la opinión o idea que defiende o rebate), o bien puede pretender despertar la atención del lector y plantear únicamente el asunto o cuestión sobre el que va a tratar (la eutanasia, la pena de muerte, el aborto, la situación de la educación, el acoso escolar, etc.). Es posible que ambas posibilidades se den en esa introducción, que puede abarcar, además del primer párrafo, un segundo, por ejemplo,  en un texto de extensión corta o mediana (como, por ejemplo, un artículo de opinión, una carta al director). También es posible encontrar columnas o textos argumentativos escritos en un único párrafo; entonces la introducción abarcará, obviamente, las primeras líneas. Hay varios modos de despertar la atención del lector: una cita, un anécdota o experiencia personal, un hecho o dato, una pregunta, etc. 

Cuerpo argumentativo

Es la parte en la que el autor desarrolla el asunto o cuestión planteada y aporta los argumentos (de autoridad, de experiencia personal, de causa-efecto, de ejemplificación, de comparación-contraste, argumentos afectivo-emotivos, basados en valores morales o éticos, etc.) necesarios que apoyen la tesis o idea que quiere defender o refutar. A veces la argumentación se puede combinar con la exposición de datos, hechos, noticias…, pero como apoyo para argumentar a favor o en contra. También el autor puede reflejar contraargumentos u objeciones (argumentos de la parte contraria que son rebatidos o refutados),  así como concesiones (admisión provisional de algún argumento de la parte contraria pero que no invalida la tesis defendida).

 Conclusión

Es la parte final del texto. En ella se puede ofrecer, si no se ha hecho antes, la tesis o idea que defiende el autor. También se puede repetir o reformular con otras palabras. La conclusión, asimismo, puede ser una síntesis o recopilación de lo más significativo del texto. El autor puede finalizar, además, con una pregunta, una reflexión, una petición, un ruego, una invitación a la acción, una cita, etc. 

Tipos de estructuras argumentativas

Las dos estructuras argumentativas más habituales son las dos primeras, pero hay otras:

  • la deductiva o analizante (va de lo general a lo particular; la tesis se sitúa al principio del texto);
  • la inductiva o sintetizante (va de lo particular a lo general; la tesis aparece al final del texto).
  •  la encuadrada o circular (la tesis aparece al principio y se reelabora o repite al final),
  • la paralela (hay varias tesis a lo largo del texto) 
  • la de contraste y comparación (a lo largo del texto se enfrentan dos tesis o ideas, resaltando las similitudes y diferencias entre ambas).  

Hay que tener en cuenta que en algunos textos argumentativos, especialmente los periodísticos (artículos de opinión o columnas, cartas al director), la estructura de una argumentación puede ser libre. Es decir, nos podemos encontrar la tesis, por ejemplo, en mitad del texto.  

A pesar de la libertad que puede darse en un texto argumentativo, es importante  que la estructura argumentativa esté bien organizada y sea clara y coherente para el lector. 

Argumentación subjetiva y objetiva

En un texto argumentativo suele predominar la subjetividad, es decir, la visión subjetiva y personal del autor. Esta se manifiesta en la llamada modalización, es decir, uso de recursos lingüísticos y retóricos para mostrar la opinión, postura o perspectiva personal del autor:

  • uso de léxico connotativo y valorativo (sustantivos, adjetivos, adverbios o expresiones que afirman o niegan de modo contundente), perífrasis modales y verbos de opinión;
  • empleo de la modalidad interrogativa, desiderativa, dubitativa o interrogativa;
  • utilización de pronombres o determinantes en primera persona (yo, me, mi, mí, nosotros, nuestro, etc.), así como verbos en primera; 
  • apelaciones al receptor o destinatario directas (vocativos)  o indirectas (uso de la segunda persona);
  • empleo de recursos expresivos (metáforas, ironías, hipérboles, comparaciones, paralelismos, etc.). 
  • marcadores o conectores que manifiestan la opinión (desde mi punto de vista, en mi opinión, a mi parecer, según yo lo veo, etc.). 

En determinados tipos de texto, el autor puede optar por la objetividad (ausencia de modalización). En este caso usará, por ejemplo, la modalidad enunciativa, oraciones en pasiva refleja o impersonales y, en definitiva, ausencia o poca presencia de los recursos  arriba mencionados.  

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