Poema de amor corto para enamorar

Un poema de amor para enamorar es el siguiente de Gustavo Adolfo Bécquer:

AMOR ETERNO

Podrá nublarse el sol eternamente; 
podrá secarse en un instante el mar; 
podrá romperse el eje de la tierra 
como un débil cristal. 
¡Todo sucederá! Podrá la muerte 
cubrirme con su fúnebre crespón; 
pero jamás en mí podrá apagarse 
la llama de tu amor.

El poema se enmarca dentro del tópico literario llamado «amor constante más allá de la muerte», cultivado, entre otros, por Francisco de Quevedo en el siglo XVII. Bécquer hace alusión en su poema a los elementos de la naturaleza básico: el sol, el mar, la tierra. Pase lo que pase, suceda lo que suceda, el amor es eterno y ni la muerte podrá extinguirlo con su «fúnebre crespón». 

En este  poema de amor para enamorar breve e intenso encontramos varios recursos estilísticos que dotan de gran belleza y ritmo al texto. Además de las imágenes antes mencionadas (sol, mar, aire) aparecen, los siguientes recursos retóricos: anáforas (podrá + infinitivo aparece al comienzo de los tres primeros versos; la palabra se repite luego otras dos veces) y paralelismo (verso 1 y 3), que dotan al poema de ritmo y musicalidad. Las imágenes señaladas y otra dotan de belleza estética al texto; además de las mencionadas, observamos otras en la comparación como un débil cristal, y, sobre todo, en la metáfora la llama de tu amor , que cierra el poema. La llama es su pasión amorosa, una fuerza que supera cualquier condición negativa en la vida, expresadas de modo hiperbólico en los tres primeros poemas. Ese amor jamás se apagará, pues es más fuerte que la muerte. Los dos epítetos también contribuye a la belleza del texto: débil cristal, fúnebre crespón. La exclamación del verso 5 (¡Todo sucederá!), contribuye a aumentar el tono emotivo de este breve, intenso y gran poema. 

Recordemos que Bécquer pertenece al Romanticismo tardío de la segunda mitad del siglo XIX e influirá enormemente en la poesía posterior. Dos ejemplos: Juan Ramón Jiménez y Cernuda (lee aquí un poema de amor suyo), sobre todo en los libros de la  primera época de ambos. 

¿Qué es el amor para ti? ¿En qué consiste el amor verdadero? ¿Cuál es tu poema de amor corto para enamorar? Si lo deseas, puedes responder en «Deja un comentario» (el correo no se hace público). 

El mejor poema de amor

los mejores poemas de amor cortos 1
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SECCIÓN: LOS MEJORES POEMAS DE AMOR CORTOS

Resulta difícil escoger el mejor poema de amor de la literatura en lengua castellana. Es raro el autor clásico o moderno que no tenga un poema sobre este tema: Garcilaso de la Vega, Quededo, Góngora, Bécquer, Pedro Salinas, Miguel Hernández, Pedro Salinas, García Lorca, etc.

Ahora bien, si tenemos que escoger uno como el mejor poema de amor, escogeríamos este del poeta andaluz Luis Cernuda, una de los representantes de la generación del 27.

No es solo un poema de gran hondura en la expresión del sentimiento amoroso, sino que tiene una gran belleza y,  a la vez, se comprende fácilmente. 

En nuestro opinión, este sería, si no el mejor poemas de amor corto, uno de los cinco mejores.


         

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR LO QUE AMA, de Luis Cernuda

Si el hombre pudiera decir lo que ama, 
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo 
como una nube en la luz; 
si como muros que se derrumban, 
para saludar la verdad erguida en medio, 
pudiera derrumbar su cuerpo, 
dejando sólo la verdad de su amor, 
la verdad de sí mismo, 
que no se llama gloria, fortuna o ambición, 
sino amor o deseo, 
yo sería aquel que imaginaba; 
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos 
proclama ante los hombres la verdad ignorada, 
la verdad de su amor verdadero. 

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien 
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; 
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina 
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, 
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu 
como leños perdidos que el mar anega o levanta 
libremente, con la libertad del amor, 
la única libertad que me exalta, 
la única libertad por que muero. 

Tú justificas mi existencia: 
si no te conozco, no he vivido; 
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


Escúchalo recitado haciendo clic AQUI

El poema lo publicó en 1931 en el poemario Los placeres prohibidos. Más tarde, Cernuda reunió todos sus poemas en un único libro titulado La realidad y el deseo, que puedes encontrar en cualquier librería actual.

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